BLOQUE 5. CREACIÓN LITERARIA (1ª PARTE)


BLOQUE 5. CREACIÓN LITERARIA (I)
"No existen más que dos reglas para escribir:
tener algo que decir y decirlo."
Óscar Wilde.

 


Los estudios que existen sobre la creación literaria hecha con niños pequeños provienen de Gianni Rodari, que se dedicaba a ir por las escuelas activando la creatividad de los niños. Decía que cuando iban al colegio, con tanta información sobre la realidad y tanta prisa para que distinguieran esa realidad de la fantasía y fuesen objetivos, perdían toda su creatividad. Lo llamaba “Síndrome de la mente en blanco”. Defiende que ésta es necesaria en la vida porque cuando una persona se encuentra en ciertas situaciones duras o complicadas, consigue salir de ellas gracias a la creatividad. Es lo que se llama pensamiento divergente. Considera que la creatividad le proporciona al ser humano estrategias para la vida.
Creación en prosa
Para trabajar la creación en prosa he seleccionado  la técnica “ENSALADA DE CUENTOS”. Consiste en mezclar dos o más cuentos conocidos.
La he elegido pensando el trabajo que hicimos en el bloque 2 relacionado con los cuentos folclóricos.
He mezclado el cuento de Blancanieves y el de Pulgarcito, y este ha sido el resultado:


PULGARCITO Y LOS SIETE ENANITOS
Había una vez hace muchos, muchos años, en un bosque muy lejano una casa pequeña y bonita en la que vivía siete enanitos, la casa era pequeña porque sus habitantes también lo eran.
Cada mañana salían a trabajar muy temprano a unas minas que estaban bastante alejadas de su casa, pero no les importaba porque el camino era muy entretenido, veían ardillas, ciervos, conejos, zorros y otros muchos animales que poblaban el bosque, y claro, después de tantas veces haciendo el mismo recorrido cada mañana ya eran amigos de cada uno de los animales, de modo que no les importaba madrugar para ir a trabajar.


 




Una mañana muy fría de invierno mientras caminaban por el bosque, el enanito que parecía más listo dijo a los demás:
-        Silencio, ¿habéis oído eso?
Los demás se quedaron quietos y guardaron silencio durante unos instantes, y el enanito mudo dijo por señas a los demás que él si había oído algo y que además había visto moverse unos matorrales que no estaban muy lejos de allí.
En silencio y con mucho sigilo, los siete enanitos se acercaron al otro lado de los matorrales y observaron cómo un ogro gigante perseguía a siete niños que corrían despavoridos y aterrorizados.
Pero como los 7 enanitos eran buenas personas, sin saber bien qué es lo que estaba pasando, decidieron salir en ayuda de los 7 niños que corrían asustados.
El más fuerte de los enanitos ató su cuerda de bajar a la mina, de un extremo a otro de un árbol por el que camino que sabía tendría que pasar el ogro si quería coger a los 7 niños, y efectivamente, cuando llegó donde estaba la cuerda tropezó con ella.
Mientras el ogro maldecía y se revolcaba por el suelo intentando levantarse, el enanito más astuto silbó a los niños y les hizo una señal.
-        Chicos, por aquí, rápido, antes de que el ogro se dé cuenta
Con el miedo todavía en la cara los niños hicieron caso del enanito, aunque no le conocían de nada, pero les pareció mejor opción que seguir corriendo delante del ogro.
Como los 7 enanitos conocían muy bien el bosque no tardaros en encontrar refugio en una cueva cercana que sólo ellos conocían.
-        ¿Qué pasa? ¿por qué os persigue ese ogro tan horrible?- preguntó el más sabio de los 7 enanitos.
-        Pues mira - dijo el más pequeño de los hermanos que se llamaba Pulgarcito y que parecía ser el más listo de todos - nuestros padres son muy pobres, y viven en una humilde casa al otro lado del bosque.
Como no podían mantenernos a todos decidieron llevarnos al bosque y abandonarnos. Una vez solos en el bosque, mis hermanos y yo intentamos buscar el camino a casa siguiendo unas migas de pan que yo había ido dejando para marcar el camino de vuelta, pero cuál fue nuestra sorpresa cuando nos dimos cuenta que las migas habían desaparecido, Encontramos a una tal Blancanieves que las había ido cogiendo y se las había comido todas, Al parecer iba entrenando para una carrera y le había entrado hambre.
Los 7 enanitos se miraron entre ellos con cara de perplejidad, comentando que esa tal Blancanieves les resultaba familiar.
-        Pero sigue contando la historia, Pulgarcito - le dijo uno de los 7 enanitos impaciente por oír el relato.
-        Pues lo que ocurrió fue que perdidos y desamparados en el bosque apareció el ogro, nos atrapó a los 7 hermanos y nos llevó a su casa, en los confines del bosque, donde ni las alimañas se atreven a ir. Allí nos encerró en una jaula para devorarnos al día siguiente mientras sus 7 hijas se reían de nosotros
-        Mientras todos dormían conseguimos escaparnos de la jaula y huir de esa horrible casa.- prosiguió Pulgarcito
-        Podríamos habernos quedado allí con las 7 hermanas, una para cada uno y nos habríamos casado con ellas y hubiésemos sido felices y comido perdices, como en los cuentos - dijo el mayor de los 7 hermanos.
-        De eso ni hablar - respondió Pulgarcito - el ogro nos hubiese comido, De hecho, nos sigue buscando y para ir más rápido ha utilizado las botas de 7 leguas, que a cada paso que da, 7 leguas recorre.
Mientras Pulgarcito contaba su historia, el enanito mudo les llamó la atención por señas pidiendo a todos que le siguieran, y les llevó donde estaba el ogro que se había quedado dormido por el cansancio.

En ese momento Pulgarcito aprovechó para quitarle las botas de 7 leguas y así el ogro no podría perseguirles nunca más.
Fue así como los 7 enanitos se hicieron amigos de los 7 hermanos y vivieron felices juntos en la casa del bosque.
Pero no acaba el cuento aquí, ya que para vivir todos juntos tuvieron que ampliar la casa y hacerla un poco más grande y en los largos momentos que pasaban juntos se aburrían mucho, tanto, que un día Pulgarcito dijo:
-        Podríamos jugar un partido de fútbol 7.
Y eso hicieron. Es así como se inventó este deporte que ha llegado hasta nuestros días, para hacer felices a muchos niños y no tan niños.
Una tarde, cuando se disponían a salir de casa, una misteriosa e inesperada llamada golpeó la puerta.
-        ¿Quién será? - preguntaron todos a la vez.
-        Anda mudito, vete a abrir - dijeron todos a la vez.
Y cuando abrió la puerta allí estaba Blancanieves, radiante como el sol, y todos se pusieron a bailar muy contentos de alegría y gritando:
-        Ya tenemos árbitro.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado. 






 


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